Celebrar la Vida.
- Rev. Juan M. Hernandez Rivera MG
- 19 abr
- 3 Min. de lectura
Hechos 10, 34a. 37-43, Salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23
Colosenses 3, 1-4, Juan 20, 1-9
¡Felices Pascuas de Resurrección! Queridos amigos como siempre compartiendo una pequeña homilía, en este domingo de Pascua, donde el Señor Jesús ha resucitado. El día de hoy hemos escuchado en la primera lectura los hechos de los apóstoles. Escuchamos a San Pedro dando una explicación clara, concisa acerca de la resurrección de Jesús. San Pedro explica y confirma los testimonios que han tenido no solo a ellos como discípulos sino también a más testigos. Pedro les confirma también la misión que les encomendó a ellos, la cual era anunciar a todos la buena nueva de Jesús. En la segunda lectura escuchamos a San Pablo en la carta a los colosenses. Donde san Pablo, nos invita a buscar los bienes celestiales, porque nosotros creemos en un Jesús resucitado, no en un Jesús del mundo, por lo tanto, buscar lo eterno, no lo temporal.

En el Evangelio de san Juan, hemos escuchado la narración del primer momento de la resurrección, donde María Magdalena, se da cuenta que el cuerpo del Señor no está y corre a avisar. Los discípulos no entienden que ha pasado, deciden correr también, buscando respuestas, el evangelio no nos dice la distancia que corrieron, sin embargo, la noticia no les pone a pensar en el cansancio, simplemente deciden continuar. Cuando llegan la sorpresa es como Magdalena les había explicado. Jesús sin estar ahí les vuelve a enseñar, porque el evangelio nos dice: Entonces entendieron las escrituras donde sabían que Jesús tenía que resucitar. Ya no les queda dudas acerca de Jesús, saben que todo está cumplido en él.

Leyendo y meditando estas lecturas, pensaba que para nosotros los cristianos, es un día que sentimos alegría, fortaleza, nos sentimos animados, porque sabemos que Jesús ha resucitado. Jesús nos muestra que el mal, la muerte, la traición, el dolor, la desesperanza no tienen la última palabra. Jesús nos muestra con su resurrección que la vida, la alegría, el compartir las buenas noticias si tienen la última palabra. Jesús al resucitar no solo acaba con las cadenas de la muerte, también nos muestra que el reino de Dios, se impondrá sobre el reino del mal. Que su proyecto salvador y resucitador nos alcanza y nos llena de vida. Jesús muestra una fe inquebrantable en el Padre, sabe ahora más que nunca que sus promesas son eternas, que no existe algo que limite su infinito amor hacia nosotros.

Celebrar hoy la resurrección es celebrar la vida, no solo la vida de Jesús, sino también la nuestra. Confiando plenamente que Jesús que ha vencido a la muerte, que ha sido resucitado, nos acompaña en nuestros dolores diarios, nos reconforta y nos permite vivir con esperanza de la resurrección. Es verdad todos podemos padecer miedos, temores, dolores, muerte, pero nuestra vida no termina ahí. Jesús nos lo muestra con su victoria, su testimonio es eterno, ese testimonio movió a Pedro y a los demás a continuar con el anuncio de que Jesús mismo es la buena noticia.

Talvez pensemos que el reino del mal es más fuerte, por todas las situaciones que vemos, escuchamos o padecemos y tendemos a pensar que solo haciendo algo tan grande como la resurrección podríamos vencerlo, sin embargo, el testimonio de Jesús va más allá de eso. Cuando nosotros rechazamos hacer el mal, cuando no deseamos ser parte de una injusticia, cuando no volteamos a otro lado en el sufrimiento, cuando no somos indiferentes al dolor ajeno, cuando deseamos hacer la paz y otorgamos el perdón, es ahí donde nos damos cuenta que nosotros somos parte del Reino de Dios y su Justicia y, por lo tanto, no dejamos que el reino del mal avance. Con estos pequeños actos cotidianos, recordamos siempre la vida y resurrección de Jesús, recordando que así como él, nosotros podemos vencer también el mal.

Finalmente les deseo una excelente pascua, que podamos seguir creciendo en fe, esperanza y amor. Que podamos seguir buscando los bienes eternos como san pablo nos dice, ser proclamadores de Jesús la buena nueva como los discípulos lo hicieron y sobre todo sepamos vivir abiertos y con confianza a nuestro Padre Dios, que nunca abandono a su hijo Jesús. Que tengan un excelente domingo, les mando un saludo en Jesús, resucitado y misionero del Padre.
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