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Jesús lo Multiplica.

  • Foto del escritor: Rev. Juan M. Hernandez Rivera MG
    Rev. Juan M. Hernandez Rivera MG
  • 21 jun
  • 3 Min. de lectura

Génesis 14, 18-20, Salmo 109, 1. 2. 3. 4

1 Corintios 11, 23-26, Lucas 9, 11-17

Nuevamente queridos amigos, compartiendo con ustedes una pequeña homilía de este domingo. El día de hoy en muchas partes del mundo la Iglesia Universal, celebra el día de Corpus o Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. Una fiesta que nos reúne a todos como cristianos a recordar a la eucaristía como centro de nuestra vida cristiana. El día de hoy hemos escuchado en la primera lectura el libro del Génesis, donde Abraham se encuentra con Melquisedec, que era rey de Salem, pero también sacerdote del Señor. Melquisedec ofrece vino y pan como parte del Sacrificio, así confirmando el pacto entre Abraham y el Dios Altísimo. En la segunda lectura escuchamos a San Pablo, narrando el momento de la ultima cena, donde el sacramento de la eucaristía queda instituido.

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San Pablo narra lo que él ha recibido y que a pesar de no estar en ese momento lo hace como suyo y por lo tanto lo sigue predicando. San Pablo confirma la tradición apostólica, la cual consiste en repetir el testimonio de aquellos discípulos y apóstoles que estuvieron presentes con el Señor Jesús en ese momento. Después hemos escuchado en el Evangelio de San Lucas, una de las multiplicaciones de los panes. Jesús les dice; “denle ustedes de comer”. Donde a pesar de la duda de los discípulos, Jesús hace maravillas con solo lo poco que un joven ofrece. El milagro y la multiplicación es tan grande que se recogen doce canastos, dejándonos Jesús el ejemplo del compartir aun así sea poco o mucho, en este caso Jesús recibió lo poco y lo multiplico en lo mucho. No por vanidad de Jesús sino para beneficio del pueblo por el cual Jesús sintió compasión.

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Leyendo y Meditando estas lecturas del día de hoy, pensaba no en los símbolos mismos que hoy se nos narran, que son maravillosos e importantes, pero en la sencillez del milagro que hace Jesús. Pensaba en un contexto donde había miles y miles de personas con hambre, con preocupación, con ansiedades y miedos, darles lo poco que uno tiene podría llevar al miedo de no querer ofrecer lo que uno tiene. Pensaba en este joven con sus pocos panes y peces, él sabía que si daba sus panes y peces probablemente ya no comería, se quedaría sin su fuente de alimento, con la seguridad de poder estar bien o de mantener lo suyo. Sin embargo, ante la pregunta de Jesús, él por medio de los apóstoles ofrece lo poco que tiene. Y Jesús lo acepta, no menciona nunca esto es poco, solo la acepta y lo multiplica.

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Muchas veces nosotros pensamos que tenemos poco para compartir, para dar y pensamos mejor en cuidar lo poco que tenemos, por seguridad nuestra y por miedo a perder eso poco que tenemos. Sin embargo, hoy el Evangelio nos invita a una actitud valiente, a una actitud diferente. Mientras todos esperaban el momento de comer, un joven valiente decide darle a Jesús lo poco que tiene y permite que Jesús haga el milagro, no tiene miedo este joven, confía en Jesús que ha estado hablando del Reino. El muchacho pone su fe en Jesús, no en lo que dio. Sabe que su fe no quedara defraudada porque la confía en el maestro, que ha de dar comer a todos.

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Tal vez hoy podamos aprender de este joven, que ha dado lo poco que tiene para el beneficio mayor de miles de personas, no lo ha dado solo, lo ha dado a Jesús. Muchas veces nosotros tenemos miedo de compartir lo poco que tenemos, no solo material sino también nuestros dones, porque llegamos a pensar que no tendrán el impacto significativo, sin embargo, olvidamos que, si lo ponemos y entregamos a Jesús, él los ha de multiplicar para la construcción del Reino de Dios. No nos cerremos al egoísmo o al miedo, no perdamos la oportunidad aquello que tenemos en beneficio de nuestros prójimos, no tengamos miedo de ofrecer aquello pequeño que tenemos a Jesús, que él sabe mejor como distribuirlo para cada uno de nosotros.

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Finalmente, queridos amigos, sigamos trabajando y dando para la construcción del Reino de Dios y su Justicia. No tengamos miedo de dar y confiar en Jesús, sigamos el ejemplo del desprendimiento para una repartición justa de los bienes y sobre todo sigamos confiando en Jesús que en lo pequeño encuentra fascinación y lo hace más grande para nosotros y nuestros prójimos. Tengan un excelente domingo, les mando saludos grandes en Jesús, el Misionero del Padre.

 
 
 

1 comentario


Invitado
22 jun

Muy bonita reflexión, confiar en Nuestro Padre Celestial. Amén.

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