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Ser una Comunidad en Jesús

  • Foto del escritor: Rev. Juan M. Hernandez Rivera MG
    Rev. Juan M. Hernandez Rivera MG
  • 18 may
  • 3 Min. de lectura

Hechos 14, 21b-27, Salmo 144, 8-9. 10-11. 12-13

Apocalipsis 21, 1-5, Juan 13, 34


Nuevamente queridos amigos compartiendo una pequeña reflexión, en este quinto domingo de pascua. El día de hoy hemos escuchado en los hechos de los apóstoles, donde Pablo y Bernabé se encuentran en sus viajes, donde encuentran a varios de los discípulos, o de las nuevas comunidades cristianas. Pablo y Bernabé les sigue invitando a permanecer unidos, fuertes y con fe a pesar de las dificultades. En un segundo momento, escuchamos al Apóstol San Juan en el libro del apocalipsis. Juan nos está describiendo un nuevo cielo, una nueva tierra. Esta descripción no invita para nada al temor o el miedo, por el contrario, es una esperanza donde se dice, se consolarán sus lágrimas, es decir en este nuevo cielo y tierra, la consolación será eterna,  será el mismo Dios que nos seque las lágrimas y nos dé el consuelo.


También hemos escuchado el Evangelio de San Juan, donde se narra aquella parte de la ultima cena, donde Jesús les ha dicho a los discípulos una de las mejores frases para ser identificados como sus discípulos; les menciona “ámense los unos a los otros, como yo los he amado, en este amor serán reconocidos”. Jesús ya no les menciona o pide algo diferente, algún rito, vestimenta, signo. Su mayor identificación será el amor. Los discípulos serán discípulos de amor, de servicio y de reconciliación, con este signo será la mayor credencial para saber que son seguidores e imitadores de Jesús.



Leyendo y meditando estas lecturas, pensaba en las tribulaciones y el amor. San Pablo y Bernabé, tuvieron que consolar a una comunidad que muy probable ya sufría persecución, exclusión, condena y critica. Probablemente el ánimo no era del todo bueno, porque realmente a nadie de nosotros nos gusta que se nos excluya. La comunidad probablemente se preguntaba si su sacrificio era digno, si verdaderamente valía la pena. San Pablo y Bernabé les animaban diciendo; parte del camino del Señor era la prueba y la turbulencia. Pero sin duda era digno y al final de todo sería recompensable. Y sin duda alguna muchas veces nosotros nos hemos sentido tristes, desanimados, desconsolados. Muchas veces por las circunstancias diarias de nuestras vidas, pero también por recibir críticas de creer y profesar nuestra fe en Jesús.



Yo firmemente creo que en esos momentos es donde necesitamos nuestra comunidad, sea de la iglesia, familia, amigos, etc. Ellos nos pueden ayudar a recuperar el aliento y continuar con nuestro viaje diario. O nosotros podemos ser esos quienes den el consuelo, el apoyo, la esperanza y la paciencia que otros necesitan, es entonces cuando nosotros mismos descubriremos que estamos amando, consolando y perdonando, por lo tanto, la gente sabrá que somos discípulos de Jesús. No necesitamos cargar grandes pesos en nuestra espalda para creer en Jesús. Necesitamos un corazón abierto a Amar y una voluntad para ser comunidad.



En un mundo que cada día invita al individualismo, al egoísmo, a la poca fe, a ayudar solo a los que nos quieren, hacer una diferencia ante todo esto es el Amor y la comunidad. Jesús no les dijo hoy “serás salvo, serás reconocido” sino que se los dice en plural “serán reconocidos”. Jesús mismo nos invita a formar parte de una comunidad que tendrá como centro la fe en él, pero que también dará frutos visibles, los cuales serán en el amor. Es verdad estar en una comunidad es difícil, cada uno de nosotros somos diferente y nos puede costar, pero sin duda alguna nos necesitamos para continuar en el camino de Fe y en la construcción del Reino de Dios y su Justicia. Despojémonos un poco de nuestro ego, miedos o soberbias, que seguramente en la tierra nueva y cielo nuevo seremos consolados.


Finalmente, queridos amigos, les sigo invitando que no caigamos en el individualismo o egoísmo, mejor tener la actitud de abrirnos a hacer comunidad, pero no cualquier comunidad, sino una comunidad en Jesús, que siempre ponga el amor como prioridad. Que tengan un excelente domingo, saludos en Jesús, el Misionero del Padre.

 
 
 

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