top of page
Buscar

VI Domingo de Pascua

  • Foto del escritor: Héctor Javier Tornel
    Héctor Javier Tornel
  • 5 may 2024
  • 3 Min. de lectura

Homilía 5 de mayo de 2024

Ciclo B

Hechos 10:25-26,34-35,44-48; 1 Juan 4:7-10; Juan 15:9-17


"Permanezcan en mi amor"


Cuando usamos la palabra amor corremos el riesgo de desvirtuar su verdadero significado. La gente suele abusar de la palabra "amor" para describir diversas situaciones o preferencias personales. Podemos decir: "Me encanta la pizza" o, para algunos pasatiempos como leer o practicar cualquier deporte: "Me encanta el fútbol". También podemos usar esta palabra para expresar nuestro afecto a alguien, o un nivel más profundo, como lo es el amor de familia; por ejemplo, podemos decir "Amo a mi hermano" o "Amo a mi hijo". Además, podemos utilizar esta palabra cuando nos enamoramos; entre los jóvenes enamorados ya es muy común escucharlos decir un "te amo", cuando tienen un noviazgo de pocos meses.


Pero aclaremos la palabra amor porque podemos confundirla con otras cosas o deseos. Hay apegos que pueden confundir el amor, como el dinero, el juego y el consumo de drogas, y nos entregamos a ellos. No es amor verdadero; las adicciones siempre nos llevan a la muerte, y el amor da vida. ¿Cómo aspirar al auténtico amor en un mundo perplejo?


ree

Jesús ha estado respondiendo a esta pregunta desde que inicio la Pascua dándonos varias imágenes de Dios. Hace dos semanas se nos manifestó como el Buen Pastor; el domingo pasado nos presenta la historia del viñador. Estas imágenes de Jesús manifiestan su amor y deseo de cuidarnos; nos explica el amor de Dios a través de estos signos. Hoy, Jesús continúa enseñando el amor de incondicional de Dios, sin embargo, nos daremos cuenta que el amor implica nuestro compromiso, si queremos disfrutarlo y sentirlo.


En el pasaje de hoy encontramos a Jesús en la Última Cena, compartiendo y hablando con sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; […]”. Es como un discurso de despedida donde Jesús quiso resaltar la importancia del amor entre sus discípulos. Los discípulos representan la comunidad cristiana donde se manifiesta el amor de Dios; en este contexto, permanecer en el amor significa permanecer con los demás. Sólo en comunidad los cristianos pueden dar y recibir amor. Cuando en nuestra comunidad, familia, escuela o trabajo, nos esforzamos por amar, es entonces cuando se cumplen los mandamientos.


“Este es mi mandamiento: ámense unos a otros como yo los he amado”. Cada uno de nosotros ha experimentado algún regalo de Dios, bienes materiales, comodidad, etc. Esas cosas son manifestaciones del amor de Dios, pero ¿qué hacemos con esos regalos? A veces elegimos atesorar estos regalos en lugar de compartirlos con otros. Muchas veces tenemos tiempos privilegiados en nuestra vida, que quizá es cuando más soporte podemos dar a los demás y, generalmente no pensamos en compartir una actitud positiva con los demás. Con todos esos dones que Dios nos da, vayamos a compartir su amor y misericordia. El mandamiento de Dios es simplemente seguir a Jesús, mostrando a otros su experiencia con Dios. Es en la comunidad es donde somos amados por Dios y, es donde amamos a Dios a través de los demás.


ree

Jesus hoy nos habla del verdadero amor: “Nadie tiene mayor amor que este, dar la vida por los amigos”. Esta declaración habla de santidad; significa dar vida; es algo extraordinario en un mundo ordinario. El Papa Francisco mencionó una vez cómo la gente común y corriente presenta el amor: en aquellos padres que crían a sus hijos con inmenso amor, en esos hombres y mujeres que trabajan duro para mantener a sus familias, en los enfermos, en los ancianos religiosos que nunca pierden la sonrisa. En su perseverancia diaria, podemos ver el amor que Dios da a los demás.


Hermanos y hermanas, no dejemos que ese mal nos venza; cambiemos el mundo en nuestra rutina diaria, aunque aveces la vida pueda resultar pesada y rutinaria. Los cristianos tenemos grandes desafíos en estos tiempos; podemos encontrar muchas tentaciones en cualquier lugar, y los falsos amantes nos llevan al mal camino y a la confusión. Basta permanecer en el amor de Dios, en el amor de la comunidad, y si nos equivocamos, acercarnos a Jesús: “Así se nos reveló el amor de Dios: Dios envió a su Hijo único al mundo para que nosotros podría tener vida a través de él”.


 
 
 

Comentarios


bottom of page